Toda la idea del budismo está basada en liberar la humanidad del sufrimiento. En versión resumida, si eliminamos los sentimientos desatados, la idea de la permanencia de las cosas, las pasiones, las dependencias de cualquier índole, obtendremos la tan deseada felicidad para siempre. Y yo me pregunto, que futuro aguarda a la humanidad sin el sufrimiento?
Desde siempre el sufrimiento, la frustración, el descontento han sido las fuerzas motivadoras del progreso. Podrá la felicidad asumir ese sufrido papel y guiarnos hacia glorioso futuro? O, en cambio, sumirá la sociedad en la pasividad del contento? O, puede, que el progreso no es sino una escusa para seguir expendiéndose, y solo la felicidad podrá frenar la cancerígeno crecimiento y salvar el planeta.
Sea como sea, seguiremos expandiéndose o nos estancaremos en el momento, hay un rasgo de la humanidad, inherente al estado de sufrimiento, que se perderá para siempre. La capacidad de crear. La esencia del arte esta cimentada en drama y las grandes obras están bañadas de lágrimas y lamentos de las historias de desamor, muerte, traición y soledad de sus autores. Por alguna desconocida reacción de neuronas, el sufrimiento afila la creatividad y la percepción y esculpe las más bellas creaciones de la humanidad. Seremos capaces sacrificar la belleza en nombre de la felicidad?
Sacrificar la belleza no, la belleza estaría ya en nuestra vida. No necesitaríamos el contraste arte-realidad.
ResponderEliminarAsí que la pregunta sería más correctamente: ¿Seremos capaces de sacrificar el arte ( o la belleza del arte ), en nombre de la felicidad?.
Pues hombre, si todo mi entorno es poesía pura...¡Que le den "polculo" a los museos!.