Buscarse. Acaso estamos perdidos? Escondidos? Olvidados?
Que es lo que me diferencia de aquella, que sacrificaba el habla por miedo de hacerse presente, de esta otra, que con la voz de sabia, que hasta chirria a veces, divulga las verdades absolutas y se atreve con las formas de imperativo y los debemos y hay que. La misma mente, la misma habilidad para escribir.
El valor que me otorgan los otros, el valor que me otorgo yo misma. La pregunta del millón, la gallina o el huevo?
Estaba tan preocupada por descubrir los cómo de la trasformación que me perdí la misma. Y ahora que le cuento a mis nietos?
Dijo Borges que aborrece el sexo y los espejos porque ambos sirven para producir más humanos.
Son éstas también las formas de buscarse? O, más bien, es dejar que la cantidad otorgase la validez sin tener que hallar.
Puede que buscarse es hacerse preguntas. Cuantas más opciones, más preguntas, cuantas más preguntas, más afinas. Descartas o integras hasta que las formas aparezcan de la arcilla.
Puede que, al exponerse a la vida sin miedo, al intentar abarcar el máximo de las experiencias, añades más posibilidades de levantarse un día, mirarse al espejo y decirse: “Hey, te conozco! Y me gustas!”
Que bonita sensación es la de reconocerse ante el espejo.
ResponderEliminarRespecto a la metáfora de que la figura empieza aparecer de la arcilla, voy a jugar con otra:
De niños nos enseñan a obedecer, a respetar, a acatar. Pronto nos vemos envueltos en el miedo a discrepar, y por ese miedo asumimos roles que no son nuestros poco a poco a esa imagen de tu esencia empieza a ser enterrada por pegotes sociales ajenos a tí.
Cuando un día nos atrevemos a decir: "Basta, quiero reclamar mi individualidad", y nos atrevemos de verdad a luchar por ella (y vive Dios que la lucha es agónica), poco a poco vamos quitando esos pegotes sociales, y vamos atreviéndonos, a la vez que nos sorprendemos, a descubrir y a aceptar quienes somos.
Así que "buscarnos a nosotros mismos" tiene una parte importante de discernir cuales son eso "pegotes externos" y qué forma parte de nuestra verdadera piel.
Es casi revertir el daño que esta sociedad despersonalizada hace en nosotros.
Y cuando descubrimos algo que no nos gusta de nosotros... SÓLO HAY DOS CAMINOS LÍCITOS:
a) Asumirlo, y aceptarnos como tal.
b) Corregirlo.
Y no odiar a quién lo evidencia, a veces simplemente por no tener esa carencia.