miércoles, 1 de septiembre de 2010


Tómate un respiro, hondo, siente como la vida trepa por tus pulmones, retenla y luego déjela libre. Maravíllate de este intercambio entre universo y tú. Estírate, como si no estuviera nadie mirando, para tomar la conciencia de tu cuerpo, relegado a servir en la vorágine de la rutina. Míralo, manéjalo, observa las huellas que vas dejando en él y maravíllate de su resistencia y perfección.  

Reten el momento, apaga el piloto automático y coge el volante. Desconecta las previsiones a largo plazo, concéntrate en estar, aquí y ahora, despide segundo tras segundo como si fuesen años. Cierra los ojos, cambia de escalas, absorbe con la conciencia lo destinado al subconsciente, satura los sentidos y maravíllate de la sincronía.

Y cuando el momento le devuelve a tu vida su verdadera importancia, cuando el júbilo por estar supere las expectativas de porvenir, entonces sonríe. Y así, armado de sonrisa y de la conciencia de la vida, empieza a fabricar tu propia felicidad. 

miércoles, 25 de agosto de 2010

Los demás son lo de menos?



Es difícil ver con los ojos del otro, dicen. De verdad, me pregunto? Pero no es a eso a lo que nos dedicamos todos los días? No es en los ojos de los otros donde se refleja nuestra apreciación por la vida? Y nuestra apreciación por nosotros mismos? No es el estigma de seres sociales e interdependientes vivir parasitados de las opiniones y pareceres ajenos? Y toda la humanidad no resulta ser un multigemelo siamés cuya conciencia no es capaz de sobrevivir aisladamente?

No sería ya la hora de jubilar el idealista “apreciar las cosas por los que son” y aceptar que su valía depende de la mirada de la vecina de enfrente? Y la cuestión es elegir a la vecina adecuada?

Pero, muchas veces, no son nuestros propios ojos lo que nos observan desde las caras ajenas? No es nuestro propio juicio el que rebota de los demás? Y nuestro comportamiento se subordina a un bucle de yo creo que tú crees que yo creo? Y de allí que la realidad ajena sigue vedada a nuestros ojos vueltos para adentro?


En el fondo las relaciones humanas no son más que una tortuosa relación con uno mismo. Amamos a los ideales propios, conversamos blindados por nuestras propias ideas, nos comportamos pendientes de la imagen que damos. No creo que sea evitable, está adherido a nuestra naturaleza. Pero estar consciente de ello para discernir a tiempo donde soy yo y donde son los demás e intentar equilibrar la proporción en la medida de lo posible nos aseguraría más finales felices.

domingo, 22 de agosto de 2010

"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes"



“Has vivido la vida o has sido vivido por ella?”, leo en el libro donde la primera opción se da  como la única válida.  
Pero realmente existe la disyuntiva? Dicen los científicos que todas las grandes decisiones se toman desde el subconsciente. Y el subconsciente no es la vida misma? Esa parte del sistema donde nosotros tenemos restringido el acceso. Solo para el personal autorizado. Y quien es ese?
Y puede que de esa ilusión de dirigir nacen todos nuestros dolores de cabeza. Y el valor de la vida aparece de la aceptación de la propia insignificancia en ella. Puede que al relajarse, al dejar de sujetar las ficticias riendas hasta clavar las uñas en la propia carne, de aceptar el anonimato de los fracasos y la miopía de los planes de futuro, por fin nos dediquemos a vivir.
He sido vivido por la vida, he sido usado por ella, maltratado a veces, estrujado, escurrido, agotado pero como he gozado del proceso. No sería ese un final digno de una vida?

miércoles, 18 de agosto de 2010

Tengo una pregunta


Porque los que practicamos el silencio estamos siendo acusados tan despiadadamente por los habladores? Porque no practican la gracia de los ganadores desde sus pedestales, aupados por la sociedad? Porque tanto ímpetu en convencernos sobre lo defectuosa que es nuestra naturaleza? Porque nos señalan, azuzan, incitan a romper el silencio?
 
“Porque no dices nada?” La frase no mataba al momento, llenaba los pensamientos de uno de heridas sangrantes y malolientes, que nunca se curaban, que iban a peor con cada siguiente dosis. Y uno se violaba repetidamente, intentando exprimir los inmaduros pensamientos, gestándose para la escritura. Y así salían, cianóticos, sin formarse del todo, indefensos frente a la verborrea. Lo he vivido tantas veces que me he inmunizado contra los atentados a mi personalidad. Pero hoy leí el blog de una amiga y el dolor ajeno, pero tan mío, ha vuelto a recorrer mis miembros amputadas. 

Que está detrás de la compasiva insistencia con la que perturban los habladores nuestro existir? Quizá, les incomoda el pensamiento, puro, profundo, latente, del que carecen a falta del tiempo? Quizá, les asusta el silencio que rellenan de significados acorde a sus miedos y debilidades? Quizá, nos envidian el análisis y reflexión, y lo desvalorizan antes de que tomemos la conciencia del su poder?  

Sea lo que sea, clamo la piedad. No hay diferencia entre nosotros más que el canal de expresión. Vosotros sois los dueños de la fuerza del momento, de la oportunidad y de la emoción. Nosotros somos los dueños del tiempo y de la reflexión. Pero buscamos lo mismo, comunicar para ser aceptados y a través de la aceptación encontrar la felicidad.

martes, 17 de agosto de 2010

Inspirada en tráfico

 
Describir el tráfico en Vietnam es una tarea imposible. Hay que vivirlo. Mejor dicho, hay que sufrirlo. Habrá quien diga que después de haber vivido 9 meses en Filipinas debería estar acostumbrada. Pero hay una gran diferencia enfrentarse al tráfico desde el cómodo interior de taxi o el autobús o a lomas de una moto. 
 

Y hablar de Vietnam es hablar de las motos. La ventaja de la flexibilidad y maniobrabilidad multiplicada por mil se convierte en un verdadero caos. Donde un atasco de coches son kilómetros de hileras paralizadas y conductores impacientándose, un atasco de motos se asemeja a una muestra de semen bajo el microscopio.  La dirección es lo que menos importa, he visto las diagonales, zigzags y direcciones prohibidas más inverosímiles, con tal de que avises con un estruendo pitido todo vale.
Los monstruosos camiones y autobuses compiten con las motos, bicis y algún carro por el hueco en el carril. Es la ley del más fuerte lo que impera, el tamaño decide la prioridad y en caso de duda, ambos aceleran con un pitido infernal hasta que los nervios deciden al ganador.
Pero lo que más sorprende es la ausencia total del enfado. Las motos se chocan, se levantan y siguen su marcha. Los camiones cruzan la autopista, todos se paran y esperan pacientemente. Los autobuses se paran en función de las demandas de los clientes, sin avisar y en los sitios menos convenientes, jodiendo a todo el que venga detrás. Pero reina la tranquilidad absoluta, los jodidos se frenan bruscamente, adelantan y siguen la marcha.
Que pasa aquí, me pregunto? En la ausencia de una verdad universal impuesta parece que la empatía se instala como la única guía a seguir. Lo que impera es la necesidad ajena, que en el fondo es la propia necesidad. No juzgo el acto, comparto la necesidad que te ha llevado a actuar así. No sería ese el modelo a adaptar en la totalidad de las relaciones humanas? No sería la esperanzadora unión frente a la divisoria moralidad?

lunes, 16 de agosto de 2010

Equivocada de nuevo


No es la felicidad el objetivo a perseguir. La meta somos nosotros mismos, la felicidad viene añadida una vez desaparecido su único condicionante, el miedo. De allí que la felicidad siempre parece agazaparse en las soluciones más arduas e inalcanzables. Es como si quisiésemos subirnos al tejado de un solo salto sin pasar por las escaleras.
Dijo Nietzsche que todo idealismo frente a la necesidad es un engaño. Y es a lo que me he dedicado los últimos meses, me temo. A retener la necesidad de la tristeza bajo los castillos de arena. Pero los extremos son famosos por caernos de ellos.
Y un día de estos me encontré en casa, aquejada del hastío por todo. De tener que vivir a contracorriente, de los retos, de las miradas, de no encajar, de la gente extraña e imprevisible, de la lengua impronunciable, del sexismo extremo, del karaoke, de tener que dormir a las 10, del transporte público, del trafico, del regateo constante, de los alumnos vagos, de los jefes tacaños.
Todo gran cambio se construye con dos pasos de frente y uno retrocediendo. Cuanto más alto estamos más eficientes nos volvemos invirtiendo los puntos de vista pero, mientras tanto, porque no un poco de Tom Waits y una peli de llorar, que la niña esta quejumbrosa.

domingo, 8 de agosto de 2010

Aprender y desaprender



Aprender y desaprender. Llevo recitándolo mientras hago quehaceres diarios. Quiero llenarme los oídos con sus infinitas posibilidades. Como si la repetición pudiese romper las limitaciones que no le permiten a la totalidad de la idea entrar en mí.  

Aprender y desaprender. La alternativa a las rigideces de la fe, a los contrastes excluyentes de la moral, a los pilares inamovibles del conocimiento. La formula es su ausencia.  Y solo la empatía se osa a ponerla en práctica. Desarma los castillos de los juicios y dogmas propios en beneficio ajeno.
En la disparidad de las realidades individuales solo existe una constante que se repite de la generación a la generación, del individuo al individuo. Las emociones.
Construir la mentalidad de lego con la moral personalizada y valores intercambiables puede ser la clave para relacionarnos con éxito. Y sí, reafirmo la no existencia del bien y el mal, y propongo la alegría, el miedo, la cólera y la tristeza como fenómenos absolutos y la empatía como la guía. 
 
Así, al encontrarnos con las consecuencias del miedo, la rabia o la tristeza, la empatía nos haría compadecernos de las emociones originarias que las producen, en vez de enjuiciar y rechazar sus efectos como lo haría la moral.
Así, haremos el amor, no la guerra, y, consecuentemente, seremos más felices.  

martes, 3 de agosto de 2010

Ama la acción por la acción misma


Hoy me han leído la mano. Personalmente, encuentro mucho más excitante que me lean la mente que le da a mi futuro un delicioso puntito de estabilidad labrada. Aunque, hecho profesionalmente, llega a ser lo mismo.
Una de las primeras afirmaciones me ha caído como un ladrillo en la cabeza. Nunca has querido, ha soltado la pitonisa con la facilidad de los seres que se mueven en la levedad de las etiquetas sin percatarse de los pesados trasfondos.
Curioso. Desde la experiencia budista llevo aquejada de la ausencia del romanticismo. El análisis y el control de mis sentimientos me hacen inmune a la magia de los suspiros, el hechizo de las apariencias y las órdenes de las hormonas. Pero, puede que, es ahora cuando más sana estoy. Puede que la falta de integridad personal es incompatible con el amor que se confunde con otra cosa nutrida de la soledad, dependencia y falta de la autoestima.
Y si, lo que llamamos amor, con sus atributos indiscutibles como las pasiones desmesuradas, el sufrimiento por ausencia, la posesión, la irracionalidad y dependencia, no lo es en absoluto. Entonces… debo confiar en mi mano y éste está por llegar.

viernes, 30 de julio de 2010

Mas allá del bien y el mal



Estuve equivocada de nuevo. No existe la crítica positiva, ni siquiera la constructiva. No es más que un acto de autoadulación disfrazado de compasión y buenas intenciones. No es más que la búsqueda de la seguridad en la multiplicación de nuestras propias creencias.  
El mismo juicio es injustificable. Cada realidad se rige según sus propias condiciones y causas incomprensibles a los espectadores de fuera. No existe ni el bien ni el mal, no como los fenómenos universales y permanentes. Son los últimos eslabones de la ficticia estabilidad del universo camino a la libertad del vacío existencial.

domingo, 25 de julio de 2010

La esencia de lo invisible


En algunos de sus libros A. Jodorovski comentó sobre ese miedo que tienen los adolescentes de hacerse presente. Y por alguna misteriosa razón siempre acaban por destacar más y atraen como un imán las burlas y bromas de los demás. Él contaba sus propias sensaciones pero las sufríamos en conjunto, el rememorando y yo viviendo en directo el mismo guion.
Entonces me impactó mucho la solución que le daba al problema. Tanto que la recuerdo después de casi 10 años con la nitidez absoluta. Él se imaginaba invisible y, entonces, los demás dejaban de percatarse de su presencia. Así de simple y complejo a la vez.
Quitándose la importancia, uno mismo se vuelve intrascendente para los demás. Ha sido mi panacea a lo largo de estos años. Cuando el pánico ante los demás me paralizaba, cuando el miedo escénico me impedía ver mas allá de mi misma practicaba la invisibilidad y dejaba a los otros componer la realidad.
Siendo la única blanca en los 50 km a la redonda no es de extrañar que me venga a la memoria aquella solución. Pero ya no la llamo la invisibilidad. Encontré el término más apropiado. Así, mientras las manadas de los turistas se mueven en la ceguera de la propia importancia, la humildad camufla la blancura y me permite convivir en vez de hospedarse.

miércoles, 21 de julio de 2010

Puedo



La iniciativa. A mía siempre parece necesitar de empujones y ejemplos. Siempre parece esperar para adjuntarse a las causas de los otros.
Esta semana deje de soñar con el protagonismo para pasar a la acción. Hice un pequeño paso a contracorriente, negándome a sumirme en tan cómodo “las cosas son así”, haciendo caso omiso a “no va a servir de nada”, traicionando mi bien sonoro “yo no me implico” que viene a ser el sinónimo “me acobarda actuar”.
Y ha servido! He salvado la vida de esta pequeñaja. La bauticé Laika pero su destino era mucho menos heroico que el de su tocaya. La iban a comer con patatas a finales de septiembre. Ahora tenemos un dueño.  Y quién sabe si entre las risas y burlas que me rodean habrá algún punto de mira en proceso de cambio invisible.
“Podemos”, dijo Obama, y se levanto la ola de la voluntad publica en acción. Pero toda ola se inicia con el  aparentemente insignificante pero imprescindible “Puedo”.

domingo, 18 de julio de 2010

Duda de todo


La fe. No sería el sinónimo del miedo ante la duda? De allí, nos instan desde todas las religiones y regímenes sobre su extrema importancia. No será que la fe es como unas ojeras que se les ponen a los caballos para que no se percaten de lo que haya a su alrededor. La práctica de no preguntas, no dudas, no alternativas.
La fe es no querer saber lo que es verdad, dijo Nietzsche. Y la verdad es personal e intransferible, como la sabiduría. Así la duda siempre es individualista mientras que la fe se practica en masa.
No será que la fe es maligna en todas sus manifestaciones? Incluso la que profanaba yo desde mi agnosticismo, la fe en uno mismo. Porque la fe en uno mismo es el nivel máximo de la ignorancia.
De nuevo el rechazo en masa me sirve de guía. La duda constante, insistente, indomable empezando por mí misma.

miércoles, 14 de julio de 2010

"Si tiene solución, ¿por qué lloras? Si no tiene solución, ¿por qué lloras?"



Cada vez estoy más convencida que la felicidad es cuestión del esfuerzo. No es un sentimiento aleatorio donde nosotros somos la parte pasiva. No vale sentarse y esperar.
Es el resultado de duro trabajo sobre los puntos de vista y percepciones. Es cuestión del esfuerzo, voluntad y practica.
El sol siempre esta, lo saben bien los pilotos. Lo positivo también, lo saben bien los optimistas.
Lo divertido es que, una vez que concibas la idea, la pregunta de “cómo estás?”  ya no procede.

martes, 13 de julio de 2010

Enseña uno, aprenden dos


En mis años universitarios uno de mis Maestros, uno con mayúscula, me pidió que le escribiese una crítica de su asignatura. Dejé de respirar durante un largo rato ante tamaña responsabilidad hasta que logré exprimir la afirmación en casi un susurro. 
La tarea no era fácil teniendo en cuenta que no me importaba en absoluto el objeto del estudio, algo de gestión cultural y organización de eventos culturales. Yo venía a recoger otro tipo de conocimiento que tan generosamente dejaba caer su dueño entre el temario oficial, autores de libros, ciudades, películas, opiniones, ideas, teorías, cuadros, experiencias vitales. No nos dejaba tomar apuntes, y, aun ante el riesgo de parecer ignorante, yo hacia notas rápidas en cualquier borde que estaba a mano. 
Entonces no sabía que se trataba de la sabiduría pero ya intuía la superioridad de su valor frente al aséptico conocimiento. Me arriesgue, le escribí la verdad, di por hecho que un halago a la sabiduría recompensará con creces la falta del interés por la asignatura. Nunca recibí la respuesta. 
Ahora, años después, me encuentro con que estaba en lo cierto. Un profesor debe ser consciente del poder que le dan decenas, cientos, miles de ojos expectantes y oídos hambrientos, debe fertilizar el conocimiento con su propia sabiduría, debe contagiar la alegría, el amor por lo que está haciendo. Las sonrisas de mis alumnos me lo confirman. 
Inesperadamente pero consecuentemente ha llegado el tiempo a dar la vuelta al reloj de arena.

viernes, 9 de julio de 2010

"Me niego a digerir la agonía"



A estas alturas una presumía de saber distinguir las necesidades inherentes de las artificialmente añadidas. Pero un hecho reciente me ha hecho cuestionarme. Solo la ignorancia nos vacuna contra las sorpresas.
Siempre he sido  amante de la carne, especialmente en su versión más salvaje: poco hecha, con el interior palpitando y doradita por fuera, solo adornada con las gruesas escamas de la sal marina y delicioso olor a leña, si procede. Mi dieta de la habitante del Este del Europa no me dio la oportunidad de elegir. Los crudos inviernos necesitan de grasas para sobrevivirlas con éxito. 
La condición indispensable para entrar en el templo era la dieta vegetariana. Empecé a sufrirla incluso antes, compensando la futura abstinencia con exagerada ingestión. Pero, una vez dentro, sorprendentemente, el arte de la cocinera suplantó la ausencia. Lo que nunca pensé es que tendría, incluso, un efecto contrario. No solo no necesito la carne, ahora la aborrezco. Solo con imaginarme meter un bocado sangriento de un animal muerto en la boca me produce arcadas. Lo que daba por una necesidad básica ha resultado ser prescindible.
Dicen los budistas que la dieta vegetariana es indispensable para alcanzar la pacificación de la mente. Si unas proteínas vuelven locas a las vacas, porque no su ausencia nos reconcilie con nosotros mismos.

jueves, 8 de julio de 2010

No hay ningún camino a la felicidad, tu felicidad es tu propio camino



Leía una entrevista de Eduardo Puncet y me he topado con esto: “He aprendido muchas cosas de mi enfermedad, un cáncer de pulmón que logré superar. Una de ellas es el despliegue insospechado de altruismo que rebosan los pacientes en las salas de oncología de los hospitales”.
Curioso. Cuando la muerte acecha lo efímero gana el peso ante lo material. Cuando ya no tiene sentido exprimir la felicidad de la tarjeta de crédito, cuando el propio yo está a punto de caducarse, el sentido de la vida se traslada a los demás. El altruismo se instala como la única fuente de la felicidad trascendente.
Hace 2500 años un ser humano excepcional llegó a la misma conclusión. Destrono a la muerte como la única poseedora del valioso conocimiento y, como Prometeo, entregó a los demás el valor de la compasión.  No permitamos que la sombra alcance de nuevo el poder de hacernos ver con claridad.

sábado, 3 de julio de 2010

“Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora”


Hoy acabo mi experiencia budista. Dice un proverbio chino, no busques el agua si eres un pez, no busques la montaña si estas escalando. Me abstendré de los resúmenes y conclusiones por el momento. La vida de uno se dota de sentido solo después de vivirla. Las grandes elecciones son fortuitas en su mayoría. Las intenciones y las voluntades se añaden a posteriori. 

Crecí con vosotros durante estos meses a través de este blog. Y seguiré creciendo, en otra parte y en otra compañía. Porque creo, ahora más que nunca, que el conocimiento no tiene lugar y dueño. Está diluido en el universo, solo hace falta la permeabilidad para captarlo. 

Salgo como budista freelance, sin limitarme a las organizaciones e ideales ajenos. Creo, exijo y doy las gracias a mi propia mente, firmemente instalada como la creadora única del universo. Mi negatividad ha pasado a mi lado, en vez de sufrirla, trabajamos en conjunto para contrastar lo positivo. He vislumbrado la capacidad de mis dedos de abrazar a través de la escritura. Y el sentido ha vuelto a mi vida.

viernes, 2 de julio de 2010

Afinando conceptos: la humildad



Donde se coloca la humildad respecto a la autoestima?
Hace tiempo pensaba que la humildad era inherente a la falta del amor propio. Que equivocada estaba. La autoestima baja disfraza de la humildad su feroz e improductiva competitividad, engaña con las orejas gachas y el rabo entre las patas. Pero no nos equivoquemos, no es la sumisión, es el miedo ante la fuerza y superioridad, un miedo traicionero que ataca en cualquier momento de la debilidad.   
Insisten los budistas en los beneficios de ser el segundo. Pero la humildad del segundo es la consecuencia de haber sido primero el primero, perdonen la redundancia. Solo el amor y reconocimiento propio, una vez alcanzados, nos permiten retroceder y colocarse cómodamente atrás. La autoaceptación prescinde de las comparaciones y del deseo de destacarse, hace ridícula e innecesaria la competencia.
La humildad no es aniquilación de la personalidad de uno, como temía desde mi ignorancia. La humildad es el camino hacia el bienestar permanente, donde estar bien no está condicionado por los factores externos.  Es la superioridad de poner la otra mejilla.  

"Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo"

jueves, 1 de julio de 2010

Estas o no estas?


La felicidad se mide o se constata? Como el embarazo, estas o no estás? 

Me dicen que sonrío mucho. Es posible sonreír demasiado? Que os parece la sonrisa como la unidad de la felicidad? Pensándolo mejor, no cuela. La sonrisa es un medio de defensa. La sonrisa clama benevolencia, como diciendo “soy inofensivo, no me hagas daño”. Los que se escudan tras el autoestima erguida apenas la practican. 

Y que tal las relaciones? Así como las tristezas y el mal humor huyen del contacto en las madrigueras de la melancolía y auto compasión, la felicidad es un imán humano. No se concibe la felicidad solitaria. Necesita compartirse, necesita gritar, pintar las paredes, dibujar en los baños, necesita de risas, abrazos y buenas acciones. 

La felicidad está rodeada de gente y, probablemente, ese será el indicador más certero de su presencia.

miércoles, 30 de junio de 2010

Porque el budismo

Uno de los mejores chistes sobre el valor de la flexibilidad contado por un budista. 
 
En una reunión de tres creyentes, un católico, un musulmán y un buddhista, salió el tema de la fuerza de la fe de cada uno. Después de una ardua discusión no llegaron a ninguna conclusión y decidieron pasar a la acción. La prueba consistiría en elegir un tejado y saltar al vacío confiando la vida de cada uno en manos de su respectivo dios.
Se acerco al borde el musulmán y, sin mirar, saltó al vacío repitiendo: Alah Alah Alah Alah Alah Alah… y puff, el cráneo aplastado contra el asfalto.
El segundo fue el católico. Hizo la cruz y se precipitó hacia la muerte: Jesús Jesús Jesús Jesús Jesús Jesús … y, de repente, se abrieron las nubes y Jesús se lo llevo al cielo.
Entonces, llegó el turno del budista. Cogió la carrerilla y saltó del tejado: Buda, Buda, Buda, Buda, Buda Buda… pero, viendo el fatal desenlace, cambió precipitadamente: Jesús Jesús Jesús Jesús
La adaptabilidad es el mejor rasgo de esta religión, donde tantas corrientes y divisiones existen.  Hasta encontré un filipino que afirmaba que el budismo le hace mejor católico. Nada es un dogma, se aceptan toda clase de combinaciones, con tal de que la felicidad propia se instale como el paraíso prometido.