miércoles, 18 de agosto de 2010

Tengo una pregunta


Porque los que practicamos el silencio estamos siendo acusados tan despiadadamente por los habladores? Porque no practican la gracia de los ganadores desde sus pedestales, aupados por la sociedad? Porque tanto ímpetu en convencernos sobre lo defectuosa que es nuestra naturaleza? Porque nos señalan, azuzan, incitan a romper el silencio?
 
“Porque no dices nada?” La frase no mataba al momento, llenaba los pensamientos de uno de heridas sangrantes y malolientes, que nunca se curaban, que iban a peor con cada siguiente dosis. Y uno se violaba repetidamente, intentando exprimir los inmaduros pensamientos, gestándose para la escritura. Y así salían, cianóticos, sin formarse del todo, indefensos frente a la verborrea. Lo he vivido tantas veces que me he inmunizado contra los atentados a mi personalidad. Pero hoy leí el blog de una amiga y el dolor ajeno, pero tan mío, ha vuelto a recorrer mis miembros amputadas. 

Que está detrás de la compasiva insistencia con la que perturban los habladores nuestro existir? Quizá, les incomoda el pensamiento, puro, profundo, latente, del que carecen a falta del tiempo? Quizá, les asusta el silencio que rellenan de significados acorde a sus miedos y debilidades? Quizá, nos envidian el análisis y reflexión, y lo desvalorizan antes de que tomemos la conciencia del su poder?  

Sea lo que sea, clamo la piedad. No hay diferencia entre nosotros más que el canal de expresión. Vosotros sois los dueños de la fuerza del momento, de la oportunidad y de la emoción. Nosotros somos los dueños del tiempo y de la reflexión. Pero buscamos lo mismo, comunicar para ser aceptados y a través de la aceptación encontrar la felicidad.

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