viernes, 30 de julio de 2010

Mas allá del bien y el mal



Estuve equivocada de nuevo. No existe la crítica positiva, ni siquiera la constructiva. No es más que un acto de autoadulación disfrazado de compasión y buenas intenciones. No es más que la búsqueda de la seguridad en la multiplicación de nuestras propias creencias.  
El mismo juicio es injustificable. Cada realidad se rige según sus propias condiciones y causas incomprensibles a los espectadores de fuera. No existe ni el bien ni el mal, no como los fenómenos universales y permanentes. Son los últimos eslabones de la ficticia estabilidad del universo camino a la libertad del vacío existencial.

domingo, 25 de julio de 2010

La esencia de lo invisible


En algunos de sus libros A. Jodorovski comentó sobre ese miedo que tienen los adolescentes de hacerse presente. Y por alguna misteriosa razón siempre acaban por destacar más y atraen como un imán las burlas y bromas de los demás. Él contaba sus propias sensaciones pero las sufríamos en conjunto, el rememorando y yo viviendo en directo el mismo guion.
Entonces me impactó mucho la solución que le daba al problema. Tanto que la recuerdo después de casi 10 años con la nitidez absoluta. Él se imaginaba invisible y, entonces, los demás dejaban de percatarse de su presencia. Así de simple y complejo a la vez.
Quitándose la importancia, uno mismo se vuelve intrascendente para los demás. Ha sido mi panacea a lo largo de estos años. Cuando el pánico ante los demás me paralizaba, cuando el miedo escénico me impedía ver mas allá de mi misma practicaba la invisibilidad y dejaba a los otros componer la realidad.
Siendo la única blanca en los 50 km a la redonda no es de extrañar que me venga a la memoria aquella solución. Pero ya no la llamo la invisibilidad. Encontré el término más apropiado. Así, mientras las manadas de los turistas se mueven en la ceguera de la propia importancia, la humildad camufla la blancura y me permite convivir en vez de hospedarse.

miércoles, 21 de julio de 2010

Puedo



La iniciativa. A mía siempre parece necesitar de empujones y ejemplos. Siempre parece esperar para adjuntarse a las causas de los otros.
Esta semana deje de soñar con el protagonismo para pasar a la acción. Hice un pequeño paso a contracorriente, negándome a sumirme en tan cómodo “las cosas son así”, haciendo caso omiso a “no va a servir de nada”, traicionando mi bien sonoro “yo no me implico” que viene a ser el sinónimo “me acobarda actuar”.
Y ha servido! He salvado la vida de esta pequeñaja. La bauticé Laika pero su destino era mucho menos heroico que el de su tocaya. La iban a comer con patatas a finales de septiembre. Ahora tenemos un dueño.  Y quién sabe si entre las risas y burlas que me rodean habrá algún punto de mira en proceso de cambio invisible.
“Podemos”, dijo Obama, y se levanto la ola de la voluntad publica en acción. Pero toda ola se inicia con el  aparentemente insignificante pero imprescindible “Puedo”.

domingo, 18 de julio de 2010

Duda de todo


La fe. No sería el sinónimo del miedo ante la duda? De allí, nos instan desde todas las religiones y regímenes sobre su extrema importancia. No será que la fe es como unas ojeras que se les ponen a los caballos para que no se percaten de lo que haya a su alrededor. La práctica de no preguntas, no dudas, no alternativas.
La fe es no querer saber lo que es verdad, dijo Nietzsche. Y la verdad es personal e intransferible, como la sabiduría. Así la duda siempre es individualista mientras que la fe se practica en masa.
No será que la fe es maligna en todas sus manifestaciones? Incluso la que profanaba yo desde mi agnosticismo, la fe en uno mismo. Porque la fe en uno mismo es el nivel máximo de la ignorancia.
De nuevo el rechazo en masa me sirve de guía. La duda constante, insistente, indomable empezando por mí misma.

miércoles, 14 de julio de 2010

"Si tiene solución, ¿por qué lloras? Si no tiene solución, ¿por qué lloras?"



Cada vez estoy más convencida que la felicidad es cuestión del esfuerzo. No es un sentimiento aleatorio donde nosotros somos la parte pasiva. No vale sentarse y esperar.
Es el resultado de duro trabajo sobre los puntos de vista y percepciones. Es cuestión del esfuerzo, voluntad y practica.
El sol siempre esta, lo saben bien los pilotos. Lo positivo también, lo saben bien los optimistas.
Lo divertido es que, una vez que concibas la idea, la pregunta de “cómo estás?”  ya no procede.

martes, 13 de julio de 2010

Enseña uno, aprenden dos


En mis años universitarios uno de mis Maestros, uno con mayúscula, me pidió que le escribiese una crítica de su asignatura. Dejé de respirar durante un largo rato ante tamaña responsabilidad hasta que logré exprimir la afirmación en casi un susurro. 
La tarea no era fácil teniendo en cuenta que no me importaba en absoluto el objeto del estudio, algo de gestión cultural y organización de eventos culturales. Yo venía a recoger otro tipo de conocimiento que tan generosamente dejaba caer su dueño entre el temario oficial, autores de libros, ciudades, películas, opiniones, ideas, teorías, cuadros, experiencias vitales. No nos dejaba tomar apuntes, y, aun ante el riesgo de parecer ignorante, yo hacia notas rápidas en cualquier borde que estaba a mano. 
Entonces no sabía que se trataba de la sabiduría pero ya intuía la superioridad de su valor frente al aséptico conocimiento. Me arriesgue, le escribí la verdad, di por hecho que un halago a la sabiduría recompensará con creces la falta del interés por la asignatura. Nunca recibí la respuesta. 
Ahora, años después, me encuentro con que estaba en lo cierto. Un profesor debe ser consciente del poder que le dan decenas, cientos, miles de ojos expectantes y oídos hambrientos, debe fertilizar el conocimiento con su propia sabiduría, debe contagiar la alegría, el amor por lo que está haciendo. Las sonrisas de mis alumnos me lo confirman. 
Inesperadamente pero consecuentemente ha llegado el tiempo a dar la vuelta al reloj de arena.

viernes, 9 de julio de 2010

"Me niego a digerir la agonía"



A estas alturas una presumía de saber distinguir las necesidades inherentes de las artificialmente añadidas. Pero un hecho reciente me ha hecho cuestionarme. Solo la ignorancia nos vacuna contra las sorpresas.
Siempre he sido  amante de la carne, especialmente en su versión más salvaje: poco hecha, con el interior palpitando y doradita por fuera, solo adornada con las gruesas escamas de la sal marina y delicioso olor a leña, si procede. Mi dieta de la habitante del Este del Europa no me dio la oportunidad de elegir. Los crudos inviernos necesitan de grasas para sobrevivirlas con éxito. 
La condición indispensable para entrar en el templo era la dieta vegetariana. Empecé a sufrirla incluso antes, compensando la futura abstinencia con exagerada ingestión. Pero, una vez dentro, sorprendentemente, el arte de la cocinera suplantó la ausencia. Lo que nunca pensé es que tendría, incluso, un efecto contrario. No solo no necesito la carne, ahora la aborrezco. Solo con imaginarme meter un bocado sangriento de un animal muerto en la boca me produce arcadas. Lo que daba por una necesidad básica ha resultado ser prescindible.
Dicen los budistas que la dieta vegetariana es indispensable para alcanzar la pacificación de la mente. Si unas proteínas vuelven locas a las vacas, porque no su ausencia nos reconcilie con nosotros mismos.

jueves, 8 de julio de 2010

No hay ningún camino a la felicidad, tu felicidad es tu propio camino



Leía una entrevista de Eduardo Puncet y me he topado con esto: “He aprendido muchas cosas de mi enfermedad, un cáncer de pulmón que logré superar. Una de ellas es el despliegue insospechado de altruismo que rebosan los pacientes en las salas de oncología de los hospitales”.
Curioso. Cuando la muerte acecha lo efímero gana el peso ante lo material. Cuando ya no tiene sentido exprimir la felicidad de la tarjeta de crédito, cuando el propio yo está a punto de caducarse, el sentido de la vida se traslada a los demás. El altruismo se instala como la única fuente de la felicidad trascendente.
Hace 2500 años un ser humano excepcional llegó a la misma conclusión. Destrono a la muerte como la única poseedora del valioso conocimiento y, como Prometeo, entregó a los demás el valor de la compasión.  No permitamos que la sombra alcance de nuevo el poder de hacernos ver con claridad.

sábado, 3 de julio de 2010

“Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora”


Hoy acabo mi experiencia budista. Dice un proverbio chino, no busques el agua si eres un pez, no busques la montaña si estas escalando. Me abstendré de los resúmenes y conclusiones por el momento. La vida de uno se dota de sentido solo después de vivirla. Las grandes elecciones son fortuitas en su mayoría. Las intenciones y las voluntades se añaden a posteriori. 

Crecí con vosotros durante estos meses a través de este blog. Y seguiré creciendo, en otra parte y en otra compañía. Porque creo, ahora más que nunca, que el conocimiento no tiene lugar y dueño. Está diluido en el universo, solo hace falta la permeabilidad para captarlo. 

Salgo como budista freelance, sin limitarme a las organizaciones e ideales ajenos. Creo, exijo y doy las gracias a mi propia mente, firmemente instalada como la creadora única del universo. Mi negatividad ha pasado a mi lado, en vez de sufrirla, trabajamos en conjunto para contrastar lo positivo. He vislumbrado la capacidad de mis dedos de abrazar a través de la escritura. Y el sentido ha vuelto a mi vida.

viernes, 2 de julio de 2010

Afinando conceptos: la humildad



Donde se coloca la humildad respecto a la autoestima?
Hace tiempo pensaba que la humildad era inherente a la falta del amor propio. Que equivocada estaba. La autoestima baja disfraza de la humildad su feroz e improductiva competitividad, engaña con las orejas gachas y el rabo entre las patas. Pero no nos equivoquemos, no es la sumisión, es el miedo ante la fuerza y superioridad, un miedo traicionero que ataca en cualquier momento de la debilidad.   
Insisten los budistas en los beneficios de ser el segundo. Pero la humildad del segundo es la consecuencia de haber sido primero el primero, perdonen la redundancia. Solo el amor y reconocimiento propio, una vez alcanzados, nos permiten retroceder y colocarse cómodamente atrás. La autoaceptación prescinde de las comparaciones y del deseo de destacarse, hace ridícula e innecesaria la competencia.
La humildad no es aniquilación de la personalidad de uno, como temía desde mi ignorancia. La humildad es el camino hacia el bienestar permanente, donde estar bien no está condicionado por los factores externos.  Es la superioridad de poner la otra mejilla.  

"Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo"

jueves, 1 de julio de 2010

Estas o no estas?


La felicidad se mide o se constata? Como el embarazo, estas o no estás? 

Me dicen que sonrío mucho. Es posible sonreír demasiado? Que os parece la sonrisa como la unidad de la felicidad? Pensándolo mejor, no cuela. La sonrisa es un medio de defensa. La sonrisa clama benevolencia, como diciendo “soy inofensivo, no me hagas daño”. Los que se escudan tras el autoestima erguida apenas la practican. 

Y que tal las relaciones? Así como las tristezas y el mal humor huyen del contacto en las madrigueras de la melancolía y auto compasión, la felicidad es un imán humano. No se concibe la felicidad solitaria. Necesita compartirse, necesita gritar, pintar las paredes, dibujar en los baños, necesita de risas, abrazos y buenas acciones. 

La felicidad está rodeada de gente y, probablemente, ese será el indicador más certero de su presencia.