martes, 17 de agosto de 2010

Inspirada en tráfico

 
Describir el tráfico en Vietnam es una tarea imposible. Hay que vivirlo. Mejor dicho, hay que sufrirlo. Habrá quien diga que después de haber vivido 9 meses en Filipinas debería estar acostumbrada. Pero hay una gran diferencia enfrentarse al tráfico desde el cómodo interior de taxi o el autobús o a lomas de una moto. 
 

Y hablar de Vietnam es hablar de las motos. La ventaja de la flexibilidad y maniobrabilidad multiplicada por mil se convierte en un verdadero caos. Donde un atasco de coches son kilómetros de hileras paralizadas y conductores impacientándose, un atasco de motos se asemeja a una muestra de semen bajo el microscopio.  La dirección es lo que menos importa, he visto las diagonales, zigzags y direcciones prohibidas más inverosímiles, con tal de que avises con un estruendo pitido todo vale.
Los monstruosos camiones y autobuses compiten con las motos, bicis y algún carro por el hueco en el carril. Es la ley del más fuerte lo que impera, el tamaño decide la prioridad y en caso de duda, ambos aceleran con un pitido infernal hasta que los nervios deciden al ganador.
Pero lo que más sorprende es la ausencia total del enfado. Las motos se chocan, se levantan y siguen su marcha. Los camiones cruzan la autopista, todos se paran y esperan pacientemente. Los autobuses se paran en función de las demandas de los clientes, sin avisar y en los sitios menos convenientes, jodiendo a todo el que venga detrás. Pero reina la tranquilidad absoluta, los jodidos se frenan bruscamente, adelantan y siguen la marcha.
Que pasa aquí, me pregunto? En la ausencia de una verdad universal impuesta parece que la empatía se instala como la única guía a seguir. Lo que impera es la necesidad ajena, que en el fondo es la propia necesidad. No juzgo el acto, comparto la necesidad que te ha llevado a actuar así. No sería ese el modelo a adaptar en la totalidad de las relaciones humanas? No sería la esperanzadora unión frente a la divisoria moralidad?

3 comentarios:

  1. Por encima de Kant, y Buda hubo un visionario que simplificó la búsqueda moral con un trazo tan arriesgado cómo genial la base de todo buen proceder.
    Cristo vino a resumir: "Toda acción está bien hecha, si se hace con amor".
    ¿Puedes referirte un poco a eso?.

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  2. Y el amor es por uno mismo o por el prójimo? Que la diferencia es bien grande hehe.
    No hablo del comportamiento propio, hablo de nuestras percepciones y reacciones a los comportamientos de los demás. En este caso que haríamos con todas las demás acciones que no tuviesen implicado el amor, “malas” acciones? Enfadarnos, frustrarnos, apartarnos? Y que aporta ese comportamiento a nosotros mismos y a los demás? Nada y peor aún, nos resta el bienestar y bien humor.
    Pero si, en vez de dividir los hechos en buenos y malos, intentáramos guiarnos por un sistema más universal y permanente como son las emociones y necesidades ajenas, implicadas en las acciones, aportaríamos la compresión y compasión a nuestras relaciones. Y sobre todo nos sentiríamos mejor emocionalmente.
    Era una disertación sin ninguna proyección práctica hasta que me fije en el tráfico de Vietnam. No hay la ley, no hay división en bueno y malo. Hay necesidades y la sensibilidad suficiente para empatizar con ellas. Y milagrosamente desaparece el enfado, el mal humor y las broncas. Cuesta creerlo pero es lo impera en las carreteras vietnamitas, la paciencia y buenas intenciones.
    Pero por más que lo intento que consigo explicar al idea, ni con ejemplos prácticos. Puede que sea la señal de que este equivocada. Necesito perspectiva para verlo mejor.

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  3. Tienes mucha razón al diferenciar a qué amor se refiere.
    Realmente la idea de Jesucristo (si realmente es de él y todo es cómo nos cuenta.... Y si no, da igual, la idea sigue siendo correcta aunque se la inventase un monje en el siglo VI), fue:..... "Amaos los unos a los otros como yo os he amado".
    Y desde luego este amor era por el prójimo, y no por si mismo.
    El relato que nos ha llegado de sus acciones es absolutamente conmovedor, ejemplarizante, y una gran guía de comportamiento.
    Ojalá los que se denominan cristianos la siguiesene.
    Pero como dijo Ghandi: "No conozco a nadie menos cristiano, que los cristianos".

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