Hay una cuestión que se nos escapa y que los budistas tienen muy presente. El éxito en la vida es directamente proporcional al beneficio ajeno que creamos. Así de simple pero en ello radica su genialidad. Todas las metas basadas en yo y el mío, no proporcionan felicidad duradera que tarde o temprano se caduca. Mi futuro, mi presente, mi cuerpo, mi bienestar, mis endorfinas, mi conocimiento…
En el templo tenemos que escribir un diario reflejando nuestros pensamientos. El primer día recibí la siguiente respuesta a mis reflexiones autos satisfactorios:
If what you say cannot benefit others, don’t say it
If what you think cannot benefit others don´t think it
If what you do cannot benefit others don´t do it
Lo sentí como un sopapo a mi inteligencia. Ofendida replique que sin el conocimiento profundo de mi misma no puedo hacer nada por los demás. Pero pensándolo mejor cuantos escritos rebombantes pero infértiles han salido de mis dedos, cuantas horas elogiando mi diferencia y llorando mis defectos. Por supuesto, el propio conocimiento es vital en el budismo, pero su fin no es el pedestal a la auto inteligencia, es su uso compartido para el beneficio ajeno. Y una vez dominada la mente la competitividad, la envidia, los celos etc. pasan a ser tan inofensivos como los espermatozoides de un vasectomizado.
Hace poco compartía a misma visión del mundo que mis amigos. Me alimentaba del bienestar del deporte, del bienestar de la comida, bienestar de buena compañía pero nunca sabía como rellenar los huecos que quedaban. Me roía el gusano de la insatisfacción, casi indoloro pero molesto. Y desde mi humilde opinión creo que encontré la solución.
¿Y cual es la solución?, que me he quedado con la intriga. ¿O das estas cosas como entregas por fascículos para provocar suspense? jeje.
ResponderEliminarLa verdad es que es muy interesante esa idea simple. Cantidad de éxito = Cantidad de beneficio ajeno conseguido.
La verdad es que no cuadra mucho con la idea de éxito que aquí se suele barajar. Y supongo que el desarrollo personal será consecuencia de eso.
Es decir, una persona que ha conseguido mucho beneficio ajeno, será una persona que ha crecido múcho a nivel humano. Una hipótesis arriesgada pero interesante sin duda. Y desde luego muy bella. De eso sí que no cabe duda.
Jajaja, la solución es tan simple que no parece una solución. La has dicho tu mismo: éxito = beneficio ajeno conseguido. La división en capítulos se debe a que nos lo entregan por partes también, a parte de la barrera lingüística que dificulta enormemente el entendimiento. Pero creo que ya tengo claro toda la idea. La “copiaré” entre hoy y mañana.
ResponderEliminarLa verdad es que cuesta separarse de esos "yo", "mis", y otros tantos pronombres y adjetivos personales de 1ª persona (es curioso que hasta la gramática se prioriza el yo=1ª persona!!!).
ResponderEliminarA mí ese cambio de pensamiento me supone un cambio brutal (priorizar el beneficio de los demás como cirterio de nuestras acciones). Me temo que me hace falta "sentirlo". Todavía hoy el altruismo es algo que me deja indiferente o simplemente no entiendo (no acabo de sentir esa motivación).
Me parece que necesito ese retiro monacal.... ;-)
Disfrútalo!