sábado, 22 de mayo de 2010

Sobre las formas

Estoy feliz. Os doy 5 min para buscar un error en esta expresión. Lo veo tan evidente ahora pero hace un mes tendría la misma cara de desconcierto que vosotros. 
Mirad la diferencia: estoy feliz – siento la felicidad. La primera frase otorga al sentimiento el poder sobre nuestra mente y nuestro cuerpo, mientras la segunda posiciona la mente como un mero observador aséptico. 

El error está en el hábito de identificar nuestros sentimientos con nosotros mismos. Yo no soy lo que siento, yo soy ese otro que observa sus sentimientos, analiza su origen, ve su evolución y cese, incluso sonríe con indulgencia ante sus ridículos intentos de dominarle.
“Mira allí va el miedo, que ridículo parece disfrazado de escusas para no hacer; mira y allí está el amor, ah no, sigue siendo el miedo, el miedo de estar solo; esa va a ser la pasión, que necesidad de posesión esa cargando la pobrecilla; me pongo las gafas de sol que aquí viene la felicidad, y detrás coletea el odio, pero si es el miedo otra vez, miedo a reconocer sus propias imperfecciones.”
Y así, creado el hábito de reconocer, pasamos a sentir siendo nosotros mismos.

5 comentarios:

  1. Certero y eficaz análisis.
    Me gusta descubrir las trampas del lenguaje. Como cuando se dice "Eso no es normal", y se trata de unir en ese significado "Correcto y frecuente" como si fuesen la misma cosa.
    O cuando se dice "¿Crees en Dios?". Utilizando una conjunción de lugar, como si fuese un sitio inamovible, como tu origen de nacimiento. Así que hay creyentes y no creyentes. ¿Y que hay de los que pasamos por varios y diferentes estados continuamente?.

    ResponderEliminar
  2. "Yo no soy lo que siento, yo soy ese otro que observa sus sentimientos".

    Y ese otro que observa, ¿no tiene sentimientos?. Me parece algo indisoluble, una trampa del lenguaje.
    Si "felicidad" se define como: "Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien", no veo qué tiene de erróneo decir "estoy feliz".

    ResponderEliminar
  3. Por supuesto que los tiene, pero no le dominan. El peligro de dejarse llevar por la felicidad es que cuando venga el odio reclamará su parte del control sobre ti también. Distanciarse de tus sentimientos te permite actuar de la misma forma estando feliz que odiando.

    ResponderEliminar
  4. "Distanciarse de tus sentimientos te permite actuar de la misma forma estando feliz que odiando."

    Si, esa es la parte positiva, pero hay que tener en cuanta el otro lado de la moneda para ver si nos compensa.
    Yo personalmente, si pudiera actuar de la misma forma estando feliz o infeliz, creo que tampoco querría.

    ResponderEliminar
  5. Lo que quiero es que seas consiente de las dos opciones, la elección la dejo a tu criterio.

    ResponderEliminar